Bill Morrison, probablemente el cineasta experimental de mayor relevancia del siglo nuevo, propuso en 2014 un filme que aunaba dos de las escasas narrativas en la cinematografía USA de las que, a priori, hay alguna posibilidad de que hoy puedan ser de interés para nosotros: la política y la estética, en sus versiones de vanguardia tanto una como la otra, pese a que la primera tiende a no ir más allá de la denuncia del Poder de los que detentan el Poder ahora, sin avenirse a proponer otros diferentes, que sirvan a otros distintos, y que por fin lo posean.
Beyond Zero 1914-1918, sin diálogos, editada por Icarus Films en el país que es vecino de todos los países del mundo, con una duración de unos 40 minutos y BSO del Kronos Quartet (la música en la películas de Morrison acompaña cada instante del metraje y consiste en el 50% de la percepción que nos habita) es un desafío, no sólo a la memoria fílmica, sino a la Historia entendida como los procesos políticos que dan forma a los conflictos bélicos, las industrias pujantes o la legendaria obediencia de las masas a sus opresores monumentales. Una memoria del found footage alrededor de la primera guerra. De su propaganda. De su orden invertido. Y que se revela de nuevo, o se subleva, para explicar las diferencias entre clases y la sumisión, de la mayoría, a los intereses de la menos numerosa de esas clases.
El celuloide, como materia sujeta a la devastación física e intelectual del tiempo, es más lo real, y menos lo filmado, cuanto más lejos de su primitivo contexto se encuentra. El cuadro ya no es el cuadro, sino un ente parte de otro que fue y del que queda una fracción, que es un elemento inédito. El nitrato de celulosa parece incinerarse en dos o tres de cada dieciocho fotogramas, y muta entonces de versión a recuerdo. Aquellos espectadores, hacia los que se filmaron las imágenes, murieron hace mucho, y ahora somos nosotros los que las pensamos sin que ellos nos opongan resistencia. Ya no hay disposición, ni reflejo, ni discurso primario. Ese cine revivido es un metal al que vamos a dar forma observándolo.
- Por José Ramón Otero Roko
Publicado en el suplemento de Cultura del diario mexicano La Jornada (20 de Agosto de 2016)
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